Malas prácticas a evitar para no convertirnos en unos spammers

El término spam es algo que nos resulta bastante familiar y solemos usarlo para catalogar cualquier tipo de mensaje o comunicación que recibimos de manera no deseada y que, en cierta medida, nos molesta un poco. Este es algo que va mucho más allá del correo electrónico y se ha multiplicado de la misma forma que se han multiplicado los canales de comunicación que tenemos a nuestra disposición y encontramos spam en llamadas telefónicas, en comentarios de blogs o a través de las redes sociales y, en muchos casos, el spam puede venir derivado de una mala forma de entender la comunicación online y malas prácticas a la hora de llevar a cabo campañas de publicidad a través de la red.

La mala escucha activa que se transforma en intrusión

La escucha activa mal hecha, por ejemplo en Twitter, nos puede llevar al spam y alguna que otra vez, mientras conversamos con nuestros amigos, nos puede llegar un mensaje de algún desconocido que nos oferta un producto o un servicio, simplemente, porque detectó que usamos una de las palabras clave que estaba monitorizando.

Escuchar a los usuarios está muy bien pero, a veces, abusar de este tipo de técnicas nos puede dejar en muy mal lugar cuando no hacemos otra cosa que inmiscuirnos en las conversaciones ajenas, simplemente, para soltar “una perla publicitaria”.

Forzando el link

Nadie puede negar que las técnicas de SEO no ayuden al posicionamiento de una página web y, por tanto, sean un factor importante a la hora de generar visitas. Los buscadores son una importante fuente de tráfico para cualquier página web y a todos nos interesa que se nos vea dentro de los primeros resultados de búsqueda.

Sin embargo, no siempre entendemos bien el SEO y pensamos que lo único que importa es que haya un gran número de enlaces que apunten a nuestra web y cuantos más sean los enlaces mejor para nuestro SEO. Si bien es cierto que los enlaces ayudan, las granjas de enlaces son algo Google suele penalizar y prima los links procedentes de páginas con cierta solvencia; un criterio que, a veces, se materializa en puro spam.

No abuses de tu audiencia

La facilidad para compartir contenidos a través de Facebook o Twitter, a veces, nos lleva a usar estos canales para compartir lo que hacemos en nuestro trabajo y darles cierto movimiento entre la gente que nos sigue o nos lee. Sin embargo, no está de más pensar de vez en cuando en nuestra audiencia para no abusar del autobombo ni tampoco convertirlos en la audiencia de campañas de publicidad encubiertas que terminan enfadando más que agradando y consiguiendo ese engagement que alguien pensó que iba a conseguir a base de spama través de Twitter o Facebook.

Fuente: bitelia.com

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